el duro camino a beijing
Sin varias de sus figuras por un conflicto interno, la selección de handball irá a Río 2007 por la clasificación olímpica
Nota publicada en La Nación del 16 de mayo por Juan Manuel Trenado.
Pocas historias del handball argentino pueden ser más dolorosas que aquella derrota en la final de Santo Domingo 2003 con Brasil. Se ganaba por una diferencia de cinco goles cerca del final, se jugaron dos suplementarios y, finalmente, se perdió por un gol (31-30). No sólo se lloró por la medalla dorada perdida, sino también porque un triunfo en ese partido hubiera significado la clasificación para Atenas 2004. Son los Juegos Olímpicos un objetivo que nuestro país nunca alcanzó.
Pues bien, en Río 2007 (entre el 13 y el 29 de julio) otra vez estará disponible una plaza olímpica para Pekín 2008. Es el único lugar para el continente. La empresa es más difícil: Brasil es local, Cuba -sin ser el equipo imbatible que alguna vez fue- recuperó mucho de su poderío y, por si fuera poco, el clima interno sigue sin ser el ideal.
"Si empezamos así, estamos mal", se queja el DT de la selección, Mauricio Torres, algo irascible, cuando se le pregunta si algunos jugadores de la selección pueden rechazar la citación al equipo. "Yo no te voy a hablar de eso, hablo de lo deportivo", contesta enojado.
Aunque después acepta analizar los casos: "Eric Gull será presentado como jugador de Barcelona el 2 de julio próximo, por eso no va a estar. Andrés Kogovsek (juega en Antequera, España) y Gonzalo Viscovich (Pozoblanco, España) van a estar en la convocatoria. Después, depende de los compromisos que tengan con sus equipos".
Sin embargo, hay quienes afirman que varios de los principales jugadores que se desempeñan en Europa dirán que no. Las diferencias con el entrenador son añejas y el tiempo hizo que cada vez sea más difícil acercar las partes.
Tal como alguna vez ocurrió con Gustavo Luza en el tenis, hubo un grupo que en 2003 le envió una carta a la Confederación para solicitar que se reemplazara a Torres por "maltrato y falta de planificación", entre otras cosas. Hubo un interinato con Jordi Ribera, un entrenador español que actualmente conduce a Brasil, pero en diciembre de 2005 se resolvió el regreso de Torres.
Gonzalo Carou, que juega en Juventud Deportiva Arrate, en la Liga Asobal de España, comenta al respecto: "La verdad es que yo tengo buena relación con Torres. Siempre me bancó. Es cierto que es un entrenador temperamental. Hay quien lo quiere y quien lo odia. No hay término medio con él".
Y sobre la situación de los jugadores que faltarían en el equipo comentó: "Como amigo de varios de los chicos que están en duda, me encantaría que jugaran, porque son magníficas personas y grandes deportistas, pero es una decisión de ellos".
Una persona cercana a la selección, que prefirió no dar su nombre, contó que en el último Mundial, en enero último, en Alemania, después de una discusión, un jugador le dijo a Torres a modo de chiste: "Mirá que te mandamos otra carta" . Al técnico no le cayó bien la broma, que sirve para graficar que hasta con los jugadores que lo aceptan la relación es tirante. "Después de aquella carta quedó muy perseguido: ve a cuatro jugadores hablando juntos y piensa que están conspirando contra él", comentó un integrante del equipo.
Carou destaca que pese a las ausencias se puede ganar la medalla dorada en Río: "Va a ser duro con toda la gente en contra, pero no hay un equipo que asegure que le vamos a ganar a Brasil. En 2003 estábamos todos. Creo que, por nombres, fue la mejor selección en la que jugué, pero perdimos. Y en el último Mundial, en Francia, faltaron muchos jugadores buenos, y sin embargo pudimos ganarle. La igualdad que hay entre la Argentina y Brasil hoy va más allá de cada jugador. Todos los partidos se van a definir en el final y hay que estar concentrado hasta el último segundo para ganar el título".
Torres recuerda que, de todos modos, el único escollo no será Brasil: "Cuba levantó mucho su nivel, es un equipo remodelado y fuerte, así que ahora es un trío el que va por la medalla de oro".
Entre los europeos que sí aceptarán la convocatoria se encuentran Bruno Civelli (Conversano, de Italia) y Sergio Crevatín (Pilotes Posada, de España). Pese a todo, la oportunidad está al alcance del equipo y el sueño olímpico no es imposible.
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