no siempre se gana
ALEMANIA 2007
Se vienen las semifinales y la lucha por el título mundial, pero la cosa no termina ahí. Porque en la definición por los puestos 5° al 8° habrá otro gran duelo.
La final de Túnez 2005 enfrentó a España y Croacia, y ese duelo se repitió en el Grupo M II de Alemania 2007. Ahora, españoles y croatas volverán a verse las caras.
Fue grande la sorpresa al enterarse de ambas eliminaciones. España, con ayuda de los árbitros, a manos de Alemania; Croacia ante Francia.
España - Croacia se convirtió en un gran partido y será la oportunidad de ver a Ivano Balic, el mejor jugador del mundo, sin lugar a dudas.
La calidad del croata queda demostrada en cada partido, en cada gol, en cada finta, en cada pase. Es un mago con la pelota y verlo dentro de la cancha da gusto.
Para graficar mejor lo que significa Balic, vamos a copiar la nota del español Jaime Rodríguez en su sección "A la madera":
¿Scarlett o Balic?
Un consejo a los despistados que se asoman estos días al balonmano. ¿Se lo quieren pasar bien? ¿Les apetece disfrutar de este deporte de altos marcadores y múltiples golpes? Vean a Ivano Balic. Juega con Croacia, lleva barba, los pelos largos y la zamarra arlequinada por fuera. Su camiseta se vende en Zagreb tanto como en su momento la de Davor Suker. Parece desganado. Le gusta fumar en su tiempo libre y si hay que tomarse una cerveza, se la toma. O dos. Pertenece al Portland San Antonio y en Pamplona ha hecho amistad con Savo Milosevic, el delantero de Osasuna. Un croata y un serbio, buenos amigos.
Vean a Balic, por favor. Si el balonmano no les gusta, les gustará. Seguro. Con los talentos del deporte sucede siempre. Había mucha gente que grababa partidos de Michael Jordan en los Bulls, aunque jamás en su vida hubieran prestado atención al baloncesto. También Tiger Woods ha sido capaz de atraer la vista de los alejados al golf. Similar fenómeno ocurre con Roger Federer. El talento engancha tanto como la belleza. ¿Zidane o Scarlett Johansson? Los dos, cada uno en su momento.
Vean a Balic. Este central, líder anárquico de la rebelde selección croata, bota como un base de baloncesto, asiste como el mejor Magic Johnson y rompe la red con la contundencia de un goleador. Jugó al basket hasta la adolescencia en la Jugoplastika de Split, el mítico club que dominó Europa a finales de los 80 y principios de los 90. Creció mirando a Toni Kukoc o Dino Radja, pero la falta de centímetros le llevó al balonmano. «Procuro hacer cosas distintas. Me divierto dando pases arriesgados», dice. Vean a Balic, por favor.
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